Entrevista a Josep Pla

Avant: El escritor catalán no ofrecía una entrevista desde 1980

Pla pisa de nuevo un plató televisivo de la mano de Solé Serrano

S1: "No me gusta el nombre de su programa" confesó al periodista

S2: Su vida, el repaso a su obra y la política centraron el diálogo

Lo consiguió a pesar de la manifiesta misantropia de Pla. El periodista Solé Serrano logró convocar al genio catalán de las letras a un plató de Televisión Española, muy lejos del Mas Pla de Palafrugell, donde el escritor se ha refugiado las últimas décadas. Sus ochenta años recién cumplidos lucían en los profundos surcos de su piel, en sus ojos entrecerrados y permanentemente cansados. Sin embargo no en sus manos, suficientemente hábiles aún como para liar un estrecho cigarrillo que, prendido en sus labios, lo acompañó durante toda la entrevista. “Busco siempre el adjetivo perfecto. Y liarse un cigarro es la mejor herramienta para encontrarlo”, expuso, mientras presionaba el tabaco contra el fino papel. A Pla le gusta viajar por la misma razón por la que suele hacerlo en barco: Adora observar. Las casas, los lugares, las personas. Estas últimas, sin embargo, solo le gustan de lejos. “No conozco el amor. Me he enamorado de un paisaje, de una flor, pero nunca de un ser humano. No creo en las personas”, declaró.
El genial escritor no evitó expresar una crítica a Solé Serrano, aunque no sin antes pedir muy cortesmente permiso para ello. “No me gusta el nombre de su programa. No creo en las profundidades”. Y añadió “Lo más profundo que tiene el hombre es su superficie”. El entrevistador asintió, aparentemente complacido por la perspicacia del autor empordanés, pero la rigidez de su mandíbula dejaba traslucir el esfuerzo realizado, pues no es fácil estar a la altura de la lucidez mental del anciano Pla. Una clarividencia que salpicó la entrevista de ácidos diálogos dignos de Grouxo Marx. Especialmente mordaz fue aquel en el que el escritor afirmó “La burguesía, el fatxenda, me fatiga enormemente”. “Pero si usted es un burgués” , le espetó Solé Serrano. “Si, pero no ejerzo”, le respondió Pla. Fueron un par de horas de ágil perorata, en las que el escritor catalán se explayó sobre sus viajes, su obra y su concepción de la política.